sábado, 6 de abril de 2013

Cabronas


Algunas veces he escuchado que dicen que si no duele no es amor, me parece una comparación absurda. Pero hay veces que lo sientes, ese corazón estrujado, que llora, que se hace pequeño. Alguien que está enamorado y no obtiene nada a cambio, no puede durar mucho, eso también lo he escuchado y yo veo que pasa el tiempo y sigo enamorada.

Lo peor es que realmente no sé si vale la pena, pero aun así sigo pensando y rogando que estés conmigo, que eso será lo que me haga feliz. Felicidad, qué demonios es eso, sonrió todo el día, me gusta mi trabajo (a lo mejor no me emociona pero me gusta), tengo una familia increíble y creo que mucha gente me quiere y yo los quiero, pero lo más chistoso es que muchos menosprecian el amor de uno con una.

El otro día leía y creo que ya lo comenté que la decisión más importante de tu vida, es con quién que te casas. Y hoy leí que el amor de pareja es el más difícil, porque lo tienes que cuidar, lo tienes que cultivar día con día, y tiene mucha razón el que escribió eso porque si no luchas todos los días por estar con la persona amada, lo más probable es que fracases.

El hombre del que estoy enamorada, podría decirse que ha hecho todo para que no lo quiera, y eso es un dilema, una paradoja, porque yo que soy una persona totalmente racionalista, feminista, capaz, e inteligente, luchadora y con un gran futuro, pido a Dios, no el dinero, no el mejor trabajo, pido pasar el resto de mi vida con esa persona de la que estoy enamorada, y a la que amo.

Esto va contra el feminismo, dejar tus sueños, pero en realidad no es dejar mis sueños, es que hay sueños más importantes y esa persona es mi mejor y mi mayor sueño. Estar con él, implica ese sueño, él es ese sueño. La pregunta más difícil es, cómo logro ese sueño.

A diferencia de un trabajo o una maestría una persona es un sueño con más que una serie de lineamientos y requisitos, soñar con alguien implica, convencerlo que ese sueño vale la pena, que ese es el sueño por el que vale la pena luchar el resto de tu vida.

Ahora lo veo claro, pero esa persona no. Y literal sufro, porque puede ser que tenga mucha gente alrededor, que no se cansan de decirme cuanto me quieren, cuanto confían en mí, cuanto les gustaría estar conmigo, pero ellos no son mi sueño, eso no es mi sueño, mi sueño tiene nombre y apellido.

Y lo más chistoso es que ese sueño de repente está en la palma de mi mano y algunas veces está aún más lejos que Plutón, y quizá ni siquiera lo sepa, y quizá para él sea tan alcanzable y tan consistente como un retrete. Pero aun así, es mi sueño. ¿Patético? No lo sé, quizá.

Quizá es patético porque he oído tantas veces si no lucha por ti, no vale la pena, si no pone cualquier excusa para estar contigo no te quiere. El no solo no ha puesto excusas para estar conmigo, sino que ha puesto excusas para no estar conmigo, que tienen nombre y apellido. Y aun así, no me imagino, o quizá no me quiero imaginar con alguien más.

Necedades, terquedades, así lo calificaría yo misma si estuviera viendo el caso de casi cualquier otra persona, son necedades, como quieres a una persona que uno demuestra ni lo más mínimo que te quiere, como quieres a una persona que no hace hasta lo imposible, ni lo cotidiano, para estar contigo.

Algunas veces pienso que no quiere estar conmigo porque le parezco demasiado, es la manera más fácil para mí de explicar su lejanía, pero no, en realidad me conoce, y conoce mis puntos débiles, sabe que sufro y sabe que soy tan frágil como una copa de cristal bakarat, una copa fina, pero que al mínimo golpe se cuartea porque sabe mis miedos y sabe mis debilidades.

Es difícil, es como luchar con demonios, porque no sabes porque no suceden las cosas y lloras y le pides a Dios poder estar con esa persona, no hoy, sino hoy, mañana y cuando sea un viejito decrepito.

Cuántas mujeres y hombres vivimos así, cuando es momento de tirar la toalla, cuando te desenamoras de esa persona que lleva 2 años moviéndote y haciendo latir tu corazón sin nada a cambio. Y vaya que he intentado de todo, decirle que lo quiero, decirle que se aleje, borrarlo de todas mis comunicaciones, volver a tenerlo, ignorarlo y volver a hablar con él, he creado y ejecutado todo tipo de planes maestros para hacer que me ponga atención y que me quiera. Pero a la fecha, me temo que ninguno ha funcionado.

Me encantaría tener respuestas, me encantaría hacerle caso a mi cerebro que normalmente funciona muy bien y mandarlo a la fregada y no volver a pensar en él, pero sé que al menor descuido vuelve y se arraiga más y más. Que cuando creí que no tenía ninguna esperanza con él que nunca más iba atener nada de él, regresa y está, sin estar, como siempre.

Alguien me quiere responder, a quién le pregunto. Le hago caso a todos los demás y pienso que es un patán inútil, bueno para nada, que sólo se dedica a jugar conmigo, sabiendo que tiene un tesoro. O los ignoro. Por qué no hay un manual, como esos manuales de “porqué los hombres aman a las cabronas”, pero que sea “porqué los hombres no aman a las mujeres normales”,porque definitivamente yo no soy una cabrona ni aunque lo intente.

A ti, te quiero, 4 ever. Solo me gustaría que fuese igual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario