lunes, 4 de marzo de 2013

El perdón

A lo mejor esto es necedad mía  pero llevo mucho tiempo pensando justamente en el tema del perdón. Mi inquietud reciente fue porque una amiga que terminó con su novio, por una falta que ella cometió, me contaba su conversación posteriori con su novio y me dijo que él le había dicho que era demasiado para superar. 

Esa noche, después de pensar sobre el tema, llegué a la conclusión que por no perdonar, puede ser que estuvieran terminando algo que pudo ser maravilloso. Su novio le dijo que la había perdonado, pero ¿realmente lo hizo? Así que me tomé la libertad de twittear lo siguiente: "Forgiven and forgotten... Keys for happiness..." 

Unos días después vi un video de Jaime Leal, que hablaba del perdón, que decía: 
"Sin duda alguna todos hemos atravesado un momento de nuestra vida que preferiríamos olvidar y en ocasiones confundimos perdonar precisamente con eso y decimos, ya lo olvide te he perdonado, sin embargo el proceso del perdón es algo que va mucho mas allá de eso, perdonar no se trata simplemente de olvidar, por el contrario se trata de recordar sin que nos cause un dolor interno... Conseguir aprendizaje para aplicarlo en el futuro y que no nos vuelva a suceder, no es olvidar porque sería exponernos a repetir la misma historia una y otra vez... Tu te das cuenta de qué hiciste mal y tomas las medidas necesarias para que no te vuelva a suceder, perdonar es aprender a crecer a partir de la crisis. Jaime Leal" 
Un poco parafraseado, pero en esencia eso dice el video. Así que me quedé un poco confundida, porque algo de lo que decía tenía razón, pero no me convencía  así que seguí "rebotando" la idea. 

Perdonar es olvidar, de eso estoy convencida, pero no es olvidar como si nos diera amnesia o alzheimer, es olvidar que eso que hicieron me hirió, no se puede olvidar un acontecimiento, pero si se puede olvidar lo que me hizo sentir, y ahí llegué al punto de decir y reafirmar, "Forgiven and forgotten... Keys for happiness..." 

Ahora estoy totalmente convencida, perdonar es olvidar que me lastimaste. Pero no se puede quedar en un solo olvidar, el perdón conlleva un acto de fraternidad en la que se ayuda a la otra persona a que no vuelva a ofender o a herir. Y esto no se hace diciéndole "Mira, soy magnánimo y te perdono", sino que se hace acompañándolo para que no lo vuelva a hacer y haciéndole saber con actos y no con palabras que esa ofensa que te hizo no sigue generando pus. 

Ahora que pienso en la pus, si, se puede comparar claramente con una cortada, si te cortas, te pones alcohol o isodine y poco a poco te curas, no es un abrir y cerrar de ojos, pero se va curando, poco a poco. 

Si te descuidas, se infecta y si se infecta tiene pus, eso pasa cuando no olvidas, se infecta y cada vez la pus es mayor, así que más tarda en sanar y en algunas ocasiones si no la cuidas, entonces puede llevarte hasta una amputación.

En cambio si cuidas la herida y la lavas entonces se cierra. Siempre hay una cicatriz, pero esta cicatriz desaparece, no por completo, pero ya no es notoria, hasta que la olvidas. Yo tengo el cuerpo lleno de cicatrices, siempre fui inquieta, y ahora que veo las cicatrices, son historias que me gusta contar, siempre riendo o acordándome de todo lo que sucedió pero nunca más vuelve el dolor.

El perdón a fin de cuentas es un acto de amor, porque sin amor, perdonar es imposible, es como cuidar una cortada sin alcohol y con tierra, el perdón, tiene un inicio en la historia interesante, el perdón nace en el evangelio, cuando dice Jesús perdona 7 veces 7 y más tarde en la cruz, dice, "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen" y lo dice Dios que Es amor. 

El perdón es olvidar la ofensa y es un acto de amor. Y si perdonas estas amando, y amar es para y por lo que somos. Y amar es entregarse al otro, por lo que para perdonar necesitas del otro y el otro de ti.

Me gusta insistir que perdonar no es decirle al otro, te perdono, es decirnos a nosotros mismos que la ofensa del otro no provocará pus, sino que nos llevará a estar cerca del otro (no pegado y no siempre, sino en la medida de lo posible) para ayudarle a no volver a ofender, y contrario a lo que dice Jaime Leal, perdonar no es para nuestro crecimiento personal, ni para nuestra defensa personal, porque eso obedece al egoísmo y no al amor.

domingo, 3 de marzo de 2013

Sueños

Desde hace años tengo un serio problema con los sueños. No suelo creer todo lo que se dice de los sueños "si sueñas que alguien se muere es que vivirá mucho", etc. Eso me parece superstición barata y tampoco creo en la parte Freudiana de los sueños.

Interpretarlos para todos, no creo que tenga sentido. Son un reflejo del subconsciente. Durante una época, era tanta mi obsesión por lo que soñaba, que algunas veces era capaz de "decidir" con quien soñar o qué soñar y me despertaba embriagada por mi sueño.

Pero también era un arma de doble filo, porque cuando algo me angustiaba, se colaba en mis sueños y me atormentaba y me despertaba con el estómago revuelto y nauseas.

Soñar que estás donde quieres y despertarte en un cuarto azul, en un país desconocido, y no en el lugar que quería, me provocaba nauseas y eventualmente vómito.

Soñar que me besas, y despertar sabiendo que es solo un sueño, tenía la misma reacción que el cuarto azul, pero más intensa. Soñar con gente desconocida con la que de repente estás comprometida, y soñar con accidentes de coche, y gente que te persigue es una aventura divertida.

Pero son mágicos los sueños, cuando no sabes qué te tiene tan emocionada, en los sueños lo ves, resumido y maximizado. Algo que te tiene angustiada, pasa igual y algo que quieres no volver a pensar, pasa igual. Es una magia fuerte, poderosa, blanca y negra.

Los sueños son el subconsciente que está al 100% y que te deja ver y conocerte. Es extraño sobre todo porque hay mucha gente que nunca sueña, y que no entienden la magia que existe, pero cuando sueñas y tienes un registro de los sueños, de repente te das cuenta que puedes tener tu propia novela cada noche con capítulos de todo tipo.

Tengo un "diario" de sueños, con paisajes coloridos, con historias tristes, con besos apasionados, con adioses melancólicos. Sueños con gente prohibida, con gente cercana, con gente desconocida, pero todos vividos con tanta intensidad que algunas veces puede asustar.

Alguna vez tendré un blog de mis sueños, en donde cuente todo aquello que pasa por mi subconsciente, sería como un desnudo absoluto de mi persona, que podría ser un experimento interesante. ¿No crees?