Vivimos de ilusiones. Vivimos de
sueños. No lo sé. Pero si sé lo emocionante que es ilusionarte. Hace un rato,
me llegó un mensaje de buenas noches. No tiene nada de importante, solo decía,
buenas noches, descansa, que tengas una excelente semana. Y eso se transformó
en ilusión. No fue un mensaje, fue vida inyectada vía intravenosa.
No tiene sentido vivir de
ilusiones. No sé cual es la diferencia exactamente entre sueños e ilusiones,
pero va mi definición personal, o más bien, lo que yo creo que las diferencia.
Las ilusiones son los sueños que se crean a partir de lo que alguien dice o
hace y los sueños, son, sueños propios, cosas que queremos lograr, aquello que
pensamos que podemos hacer, que queremos hacer. A fin de cuentas, las ilusiones
son creadas por alguien más, los sueños los creamos nosotros.
Aquello que no depende de
nosotros, pero que queremos que sea parte de nuestras vidas, aquello que
queremos que se convierta en nuestra realidad, pero que no es nuestro. Eso
provoca un mensaje de buenos días, un mensaje de buenas noches, un beso o un te
quiero.
La vida está llena de sueños y de
ilusiones, creo que lo difícil es hacer la distinción entre ellos. Porque los
sueños siempre los podemos lograr, depende de nuestro esfuerzo, pero no estoy
segura cual alegra más, si los sueños o las ilusiones, lo que si sé es que con
los sueños se tiene certezas, y con las ilusiones, se tienen dudas.
Quisiera que todas mis ilusiones
se convirtieran en certezas, pero no, por eso son ilusiones. Pero los disfruto
mucho, ambos y puedo construir mundos, universos a partir de los dos. Ahora que
lo pienso, también la caída de las ilusiones que no son más que ilusiones, es difícil.
Soñar, es gratis y si no lo logras, no duele (no mucho), ilusionarte es gratis
pero duele como una caída desde 2000 m sin paracaídas.
Sigamos viviendo de sueños e
ilusiones, pero intentemos convertir las ilusiones en sueños, y los sueños en
realidad.
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